Si bien hoy en día los derechos de la mujer aparecen en escena en todos los ámbitos y hay una mayor conciencia del lugar de subordinación que han tenido las mujeres a lo largo de la historia, de diferente manera e intensidad, aún queda mucho por hacer para lograr la plena igualdad en lo que hace a su participación en la sociedad. Para que realmente avancemos y los indicadores se muevan significativamente en lo que hace a la paridad tenemos que todos comprometernos e impulsar cambios desde nuestro metro cuadrado.
La historia demuestra que sociedades como Islandia, donde las mujeres alcanzaron importantes logros en las últimas décadas, fueron testigos de una acción sin precedentes hasta entonces como fue el "Día Libre de las Mujeres" para reclamar la igualdad económica en 1975 o el impulso de leyes esenciales en la Argentina contra la violencia de género a partir del “Ni una menos”.
A veinticinco años de la Plataforma de Beijing que trazó los 12 lineamientos estratégicos en los que debían focalizarse los países para avanzar en el logro de la igualdad de género, más allá de los esfuerzos y los avances logrados lo cierto es que ningún país del mundo logró cerrar por completo las brechas.
Creemos que esto en parte se debe a que involucra cambios muy profundos a nivel cultural, a nivel de las relaciones interpersonales, y también cambios individuales, en lo que hace a la manera de ver el mundo, de verse a uno mismo y al otro, de revisar los ejes a partir de los cuales forjamos nuestra identidad.
Pero también creemos que cada pequeña acción que llevamos adelante en el día a día para impulsar un cambio puede generar un efecto dominó que termine involucrando cada vez más personas en pos de crear un mundo más inclusivo.
La Generación Igualdad es una iniciativa que nace en esta línea para promover la igualdad de género mediante acciones cotidianas muy simples que cada ser humano puede poner en práctica con sólo proponérselo conscientemente cada mañana.
1. Compartir el cuidado
¿Por qué es importante?
Porque las mujeres en el mundo destinan en promedio tres veces más de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y a las tareas de cuidado no remunerado.
Si este trabajo estuviese distribuido entre todos los que comparten una casa o en la familia, las mujeres podrían destinar mayor tiempo a avanzar en sus carreras, a ganar más dinero, a su salud y a disfrutar de las actividades de ocio.
Es fundamental que cada ser humano tenga igual oportunidad de manejar su tiempo, y que las mujeres, por su condición de tal, no tengan la obligación de realizar estas tareas o terminen contratando a otras mujeres para que las realicen.
Un mundo donde cada ser humano se comprometa en el propio cuidado y en el de los otros contribuye a una mejor calidad de vida individual y colectiva.
¿Qué puedo hacer?
Comprometete a repartir por igual en los ámbitos en que te desenvolvés las tareas domésticas, las responsabilidades de crianza y todo trabajo no remunerado.
¿Cómo?
Identificando las necesidades de cuidado y las responsabilidades domésticas.
Considerando y analizando las competencias que cada uno tiene para asumir las responsabilidades de cuidado y proponiéndose desarrollarlas.
Organizando las actividades domésticas mediante una lista de tareas exhaustiva y, cuando hay niñas y niños en la casa, alentándolos a colaborar por igual en las tareas domésticas.
Cuando conviven personas que trabajan a tiempo completo, es importante reconocer y admitir el valor de este trabajo a la hora de administrar el tiempo y plantear formas de organización en donde no haya uno que concentre las tareas de cuidado y domésticas.
2. Denunciar los casos de sexismo y acoso
¿Por qué es importante?
Porque a diario las mujeres enfrentan todo tipo de comportamiento sexista e irrespetuoso en lugares públicos y privados, de manera más sutiles o más explícitas, que se naturalizan como bromas o alagos.
Piropos, parafraseo de algo que una mujer dice, chistes sobre su condición de mujer, son sólo algunas formas en que esto se manifiesta junto con situaciones frecuentes de acoso en la vía pública, en el trabajo, en las escuelas.
¿Qué puedo hacer?
Cuando distinguís que hay una situación de este tipo, no quedarte en silencio. Es difícil desafiar a nuestros pares señalando algo que nos parece natural e inofensivo. Sin embargo, es clave para deconstruir estereotipos y modos de comportamiento que incomodan, encasillan o humillan.
¿Cómo?
Denunciando cualquier comportamiento inadecuado de manera segura y respetuosa.
Cuestionando cualquier noción estereotipada de género, como "una mujer debería saber cuál es su lugar" y "no te pongas sensible", mediante un diálogo abierto.
Conociendo las brechas que actualmente existen a nivel de género, para poder fundamentar de manera respetuosa ante aquellos que consideran, por ejemplo, que la brecha salarial no existe o que conocen mujeres que ocupan altas posiciones en las compañías.
Denunciando un caso de acoso si te tocó atravesarlo o fuiste testigo, buscando la ayuda de otras personas y tomándote el tiempo necesario para poder enfrentar la situación a pesar del miedo.
3. Rechazar el binarismo de género
¿Por qué es importante?
Porque los términos como "masculino o femenino" y "mujeres u hombres" excluyen a las personas no binarias e intersexuales que no entran en ninguna de estas categorías.
En todas las culturas, siempre han existido diversas identidades de género, por lo tanto, asegurar los derechos de las personas transgénero, genderqueer, no binarias y otras categorías —quienes, a menudo, sufren niveles terribles de violencia y discriminación en todo el mundo— es una parte inherente de la igualdad de género.
¿Qué puedo hacer?
Entender que cuando hablamos del hombre como referencia central de nuestro mundo, de nuestra cultura, subordinamos a esta definición a todas las formas de humanidad.
¿Cómo?
Utilizando términos neutrales en materia de género. Por ejemplo, en vez de decir “damas y caballeros” utilizar la palábra "público" o "ustedes". Estos pequeños cambios pueden contribuir en gran medida a cambiar las percepciones culturales de género.
No asumiendo cuál es el pronombre o el género de una persona. Dando lugar a que la persona diga cómo quiere que se refieran a ella.
No mencionando ni revelando la orientación sexual, la identidad de género o la condición intersexual de la persona sin su consentimiento.
4. Exigir una cultura de igualdad en el trabajo
¿Por qué es importante?
Desde el menor acceso al mundo del trabajo, la calidad de trabajo a la que acceden, la brecha salarial de género o el techo de cristal, las mujeres enfrentan distintas prácticas discriminatorias en lo que se refiere al lugar de trabajo.
Las dificultades que enfrentan repercute en la autonomía económica y en su calidad de vida al momento del retiro y la vejez, y se entrelaza con otras problemáticas que afectan su calidad de vida y la toma de decisiones.
¿Qué puedo hacer?
Comprometerte con la creación de un ambiente de trabajo progresista a través de la representación equitativa de mujeres en los altos cargos y juntas directivas, la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y el dictado de cursos de formación sobre igualdad de género.
¿Cómo?
Impulsando la aprobación de políticas unificadas de licencia parental que ofrezcan un período amplio de licencia remunerada a las madres y los padres biológicos y adoptivos.
Proponiendo programas de reinserción laboral para mujeres que que abandonaron los puestos de trabajo para dedicarse al cuidado y la crianza, ayudándolas a fortalecer sus competencias y a prepararse para su vuelta al mundo del trabajo.
Realizando iniciativas sencillas que facilitan la vida profesional a quienes tienen menores a cargo (pedir salas de lactancia, refrigeradores para conservar la leche materna, horarios flexibles de trabajo, servicios de atención infantil asequibles y de calidad en el lugar de trabajo o cerca de él).
Apoyando activamente a las empresas con un sólido historial en materia de igualdad de género.
Alentando a las máximas autoridades de tu empresa a firmar hoy mismo los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres y trabajar en pos de hacerlos carne en tu organización.
5. Ejercer tus derechos políticos
¿Por qué es importante?
Las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en los cargos políticos más altos. Hasta 2020, las mujeres sólo ocupan el 25 % de los escaños en los parlamentos nacionales y representan menos del 7 % de la dirigencia mundial.
Por otro lado, las mujeres que participan de los gobiernos quedan muchas veces fuera de las mesas de decisión donde se manejan los temas más cruciales en términos de impacto y presupuesto.
Es fundamental impulsar la mayor presencia de mujeres en las esferas políticas a todos los niveles y el compromiso de las mismas con la igualdad de género.
¿Qué puedo hacer?
Es clave estar informados sobre las elecciones y visibilizar las candidatas a diferentes cargos. El compromiso ciudadano es fundamental para garantizar que las mismas tengan su espacio en los medios para difundir sus ideas e iniciativas, y también para evitar su desprestigio por el hecho de ser mujeres, que se traduce en los comentarios misógenos y descalificación más o menos solapada de su participación.
¿Cómo?
Tomando un rol activo en términos de ciudadanía a la hora de votar y de garantizar pluralidad, respeto y transparencia.
Donando tiempo o dinero para apoyar representantes que consideres comprometidos con la agenda de género.
Ayudando a difundir campañas y acciones que trabajan para cerrar las brechas.
Participando políticamente en caso que quieras asumir un mayor compromiso y alentando a las mujeres conocidas a postularse para un cargo.
6. Comprar con responsabilidad
La manera en que compramos, aún los productos más cotidianos, puede tener un impacto real en el medio ambiente y, a su vez, en la vida de las mujeres y las niñas. El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres de todo el mundo. Los desastres humanitarios provocados por el clima a menudo exacerban las desigualdades de género existentes y, como consecuencia, las mujeres y las niñas quedan expuestas a mayores índices de violencia, malnutrición y otros riesgos. Por este motivo el consumo responsable está directamente ligado no sólo al cuidado del medio ambiente sino también a la calidad de vida de las poblaciones más vulneradas y a la desigualdad de género.
¿Qué puedo hacer?
Todos en el día a día tenemos la posibilidad de mitigar estos impactos. Es fundamental prestar atención dónde compramos y qué compramos, informándonos de acerca de los productos y su condiciones de producción. Para eso tenemos que educarnos como consumidores y ejercer nuestro poder de decisión, apoyando a empresas y productores que trabajan creando valor compartido.
¿Cómo?
Eligiendo productos ecológicos y comprando lo que necesitamos, evitando el consumo impulsivo.
Evitando el consumo de plásticos desechables.
Reciclando, reparando o donando ropa y artículos que dejaste en desuso.
Animando a otras personas a seguir tu ejemplo: hazle saber a tus amistades por qué tu nuevo producto sustentable es mejor para las personas y el planeta.
7. Ampliar la cantidad de libros, películas y otros medios feministas
¿Por qué es importante?
Las películas, los libros, los diarios, los podcasts y otros medios populares tienen efectos duraderos en las percepciones culturales de género, lo que les brinda a las mujeres una plataforma poderosa para compartir sus historias y perspectivas. Sin embargo, las industrias cinematográfica y editorial siguen estando fuertemente dominadas por los hombres, y las narrativas populares, por lo general, describen a las mujeres como personajes unidimensionales u objetos sexuales, o bien las excluyen por completo.
El cuestionamiento del androcentrismo de nuestras culturas y la toma de conciencia sobre los estereotipos y los sesgos es fundamental para deconstruirlos y para dar lugar a cambios en nuestras concepciones acerca del mundo.
¿Qué puedo hacer?
La próxima vez que recorras una librería u organices una noche de película, considera elegir algo escrito o dirigido por mujeres (y para mujeres) y obras en las que se explore la problemática de género en sus múltiples aristas. También es importante la lectura de textos que toman como eje la problemática de la igualdad de género, los derechos de las mujeres y la inclusión de otras minorías.
¿Cómo?
Explorando las obras y producciones generadas por mujeres y que toman como eje la problemática femenina, como así también la igualdad de género.
Regalando libros que den a conocer las voces de las mujeres, sus vivencias y las desigualdades que atraviesan.
Apoyando las producciones culturales que visibilizan esta temática.
Mirando, escuchando, leyendo e invirtiendo en los medios que producen las mujeres que están impulsando el cambio.
8. Enseñarles a las niñas lo valiosas que son
Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han internalizado creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como personas dependientes, vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben actuar de esa manera, lo que refuerza los estereotipos de género y les impide desarrollar todo su potencial.
Es difícil desaprender este tipo de creencias. Por este motivo, es muy importante abordarlas desde temprana edad, trabajando en la infancia sobre la importancia de que cada ser humano tenga la libertad de elegir quién es y qué quiere hacer a lo largo de su vida.
¿Qué puedo hacer?
Tomar conciencia y evitar en tu entorno cotidiano hacer carne los estereotipos femeninos y masculinos, a la hora de hablarles, de comprarles un juguete, de narrarles un cuento o elegir una película.
¿Cómo?
Recordándoles a las niñas que forman parte de tu vida que merecen el mismo respeto que los niños.
Ayudando a que entiendan que son mucho más que su apariencia: elógialas por su inteligencia, fortaleza, capacidad de liderazgo, destreza física y muchas áreas más.
Animando a las niñas a alzar la voz y hacerse valer, contrarrestando las narrativas y el lenguaje que las persuada de no hacerlo.
Demostrándole que sus pensamientos importan, pidiéndoles su opinión y escuchándolas cuando hablen.
Comprando juguetes, libros y películas que sean neutrales en materia de género y no reforzando en el juego los estereotipos en torno a determinados juguetes como muñecas o pelotas.
Mostrándole a las niñas y a los niños las posibilidades de su potencial y permíteles jugar como deseen, sabiendo que no existe una manera correcta o incorrecta de jugar según el género.
9. Desafiar el significado de "ser un hombre"
Los mandatos y estereotipos tradicionales de masculinidad suelen desalentar a los niños y los hombres de comunicar abiertamente sus sentimientos y se cuestiona a aquellos que se vinculan con las mujeres como pares. Lograr la igualdad de género involucra a cada ser humano, no es una cuestión de mujeres. Por lo tanto los cambios implican también trabajar sobre la masculinidad y los vínculos de poder.
¿Qué puedo hacer?
Es fundamental tomar conciencia de que la lucha por los derechos de la mujer no implica una estigmatización del varón ni es un combate contra ellos. Es clave entender que se trata de un cambio cultural hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de las diferencias individuales. Comprometerse con involucrar a todos en el trabajo por una sociedad que no deje a nadie fuera ni a nadie atrás es el primer paso.
¿Cómo?
Tanto en tus amistades o relaciones como en tu familia, apoyando las expresiones de masculinidad que involucren la vulnerabilidad, la sensibilidad, el cuidado y otros rasgos que, por tradición, no son masculinos.
Fomentando un entorno donde los niños y los hombres se sientan seguros al expresar sus emociones; haciéndoles saber que sus sentimientos son válidos e invítalos a compartirlos.
Estimulando que asuman tareas de cuidado y compartan las tareas domésticas sin pudor ni estigmatizándolos.
10. Comprometerse con una causa
¿Por qué es importante?
Porque la igualdad de género implica una agenda amplia y compleja, que requiere diferentes tipos de perspectivas.
Existen muchísimas causas que hacen a la igualdad de género que podés apoyar. Muchas de estas causas involucran formarse e informarse, y requiere que se invierta tiempo y energía de manera sistemática para lograr impactar. El foco permite que diferentes grupos puedan contribuir a las diversas causas optimizando recursos y creando una mirada más especializada en el abordaje de ese problema.
¿Qué puedo hacer?
Lo fundamental es que puedas elegir aquella que se identifique con tu propósito, con tu historia de vida, porque el compromiso auténtico es clave a la hora de mover la aguja, más allá de las modas y tendencias.
¿Cómo?
Eligiendo un tema sobre igualdad de género que te interese y buscando un grupo o una organización especializado en él.
Siguiendo las iniciativas de ONU Mujeres que es quien a través de sus campañas internacionales va articulando el esfuerzo de cada país.
Participando de las acciones que se van realizando en torno a esa causa en el lugar donde vivís.
Creando acciones y sumando voluntades que te acompañen, porque la acción colectiva puede operar en todas las escalas y ninguna acción es demasiado pequeña. Todas son válidas.
11. Desafiar los estándares de belleza
¿Por qué es importante?
Si bien los estándares de belleza varían de un lugar a otro, casi siempre fomentan una visión estrecha e irreal de la feminidad. A menudo, las mujeres le dedican mucho más tiempo, energía y dinero a su apariencia que sus pares masculinos. Este tipo de doble patrón alimenta la idea que la mujer no es realmente la dueña de su cuerpo, que es un objeto diseñado para el consumo público. Los ideales estéticos irreales pueden asimismo provocar graves problemas mentales y físicos. También los estándares de masculinidad encierran a las personas en modelos de rol que condicionan sus elecciones y posibilidades.
¿Qué puedo hacer?
Tomar conciencia a la hora de ver una aviso, por ejemplo, como la industria publicitaria muchas veces impulsa las ventas aprovechando estos ideales y explotando las inseguridades que transmiten. Por lo cual es importante desafiar estos estereotipos y apoyar que las empresas muestren diversidad y apuesten a derribarlos.
¿Cómo?
Cuestionando tus creencias sobre lo que significa la belleza y cuando te descubras criticándote o criticando, intenta elogiarte o ver desde otro punto de vista al otro.
Dándole el mismo valor a todos los cuerpos, puesto que son motivo de celebración, independientemente del tamaño, las habilidades o el color.
Denunciando los casos de humillación física cuando seas testigo de ellos.
12. Respetar las decisiones de las demás personas
¿Por qué es importante?
Cada persona tiene el derecho de tomar decisiones sobre su cuerpo, bienestar, familia y futuro. De eso se trata la igualdad de género. Como señalaba Mary Wolstonecraft, referente de la lucha por los derechos de la mujer “no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”. Es importante que cada ser humano tenga oportunidad de tener poder sobre sí mismo y en este es el propósito último que nos moviliza.
¿Qué puedo hacer?
Es clave desarrollar la capacidad de empatía, de ponernos en el lugar del otro auténticamente, para poder respetarlo y para aprender sobre nosotros mismos. Esta capacidad de escucharnos y escuchar al otro abre la oportunidad de derribar prejuicios y de entendernos como un proceso de construcción permanente.
¿Cómo?
Preguntándote por qué las decisiones de otra persona te molestan. Analizá los prejuicios que pueden estar impulsando tu reacción y considera las circunstancias que llevaron a que la vida de esa persona fuera diferente a la tuya. Escucha sus argumentos.
Asumiendo la responsabilidad de aprender y pensar de manera crítica sobre las situaciones de las demás personas.
Aprendiendo a abrazar, respetar y disfrutar la plena diversidad de cada ser humano. Único. Irrepetible. En transformación permanente.
Laura Gaidulewicz, Directora de Binden Group.
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