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Cómo pensar un plan educativo desde una perspectiva de género

Los programas de formación son claves para reducir brechas laborales y mejorar la presencia de mujeres en ciencia y técnica.



Sobran los motivos, los derechos de las mujeres están en primer plano.

Sin embargo, el que se hable de la temática y la coyuntura que la rodea no garantiza avances concretos en materia de igualdad de género. Sí, es preocupante, porque es uno de los desafíos más importantes que tenemos para impulsar la inclusión social, económica y política de todas las personas, sin importar de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión, situación económica o cualquier otra condición.

En lo que hace a la participación económica, según informa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial, el porcentaje de mujeres que participan en la fuerza laboral está disminuyendo. Es parte de un retroceso que afecta a todas las personas que hoy se encuentran laboralmente activas, aunque quienes se encuentran más afectadas son las mujeres, quienes en promedio tienen menos probabilidades de conseguir trabajo. A nivel global, en 2018