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Metodología Kaizen: Qué es y cómo aplicarlo en la organización

El entorno en el que nos manejamos hoy día se caracteriza por ser complejo y muy dinámico. Para que una organización, ya sea grande o pequeña, progrese y perdure en el tiempo debe tener la capacidad de adaptarse a las condiciones externas, de generar cambios y proponer mejoras de manera constante que le permitan ahorrar en costos y mejorar sus rendimientos. Pero para lograr esto, primero se debe crear una cultura donde se impulse a los miembros a desarrollar sus competencias de adaptación y flexibilidad que les permitan afrontar las nuevas realidades que se configuran en el entorno, caracterizado por continuas reestructuraciones del mercado, y cambios internos de las empresas y sus planteles.


La capacidad de adaptación además de ser uno de los mayores indicadores de liderazgo, nos permite tener una mayor versatilidad en el comportamiento y modificar nuestra propia conducta con el fin de alcanzar las metas que nos proponemos.


Para desarrollar esta competencia en las organizaciones muchas veces se requiere que desarrollemos previamente otros hábitos como lo son:


Reconocer los cambios. La idea es detectar qué cambios se produjeron, en qué consisten y si existe la posibilidad de adaptarnos a ellos. Aunque sean mínimas, no podemos dejar pasar las modificaciones que se dieron en el entorno porque en un futuro pueden llegar a desestabilizarnos.