Según un estudio de Google, un 81% de los compradores digitales de Latinoamérica programa participar de futuros eventos de descuentos. ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez más, la gente separa la investigación sobre un producto o servicio que quiere, de la efectiva decisión de compra.
Y sí, aunque parece corto, simple y natural, el camino que comienza cuando ves tocar a tu banda favorita, mirás los vloggers en esa playa paradisíaca o te detenés en la receta del último trago que está de moda, y que te lleva luego a fantasear con la idea de comprar una guitarra, un viaje o el mejor Gin, y que concluye en el momento en que finalmente ese producto o servicio es tuyo, está hecho de varios pasos e implica decisiones truncas. Es un camino sinuoso donde las marcas libran durante el trayecto varias batallas para quedarse con esa venta.
Existen distintos factores que pueden despertar el interés por un producto o un servicio, pero como te adelantamos en el título del artículo, vamos a detenernos en las fechas especiales.
Las fechas y ocasiones especiales en la vida de las personas, suelen traer consigo necesidades de consumo específicas y permiten a las marcas ofrecer sus opciones para satisfacerlas. Algunas fechas son individuales y se dispersan en el tiempo, como es el caso de los cumpleaños. Pero otras son comunes a un grupo de personas y se dan en un momento específico y puntual en el año, lo que facilita concentrar los esfuerzos de comunicación y las herramientas de promoción. El inicio de las clases escolares, la temporada vacacional o las Fiestas Patrias, son algunos ejemplos.
Hay otras ocasiones todavía más enfocadas en celebración y regalos, como son el Día del Padre, el Día de la Madre, el Día del Niño, Las Pascuas o la Navidad. También hay algunos eventos específicos diseñados por las propias empresas o grupos de empresas casi exclusivamente para despertar esa intención de compra y “convertir” en ventas a los indecisos, como Hotsale, Cybermonday o Black Friday.