El contexto que rodea a los negocios, ya sean grandes o pequeños, está en constante cambio. Las necesidades, gustos, tendencias y deseos de las personas se van modificando y adaptando a estos cambios, por lo que las personas líderes de organizaciones y sus equipos de trabajo deberán estar en constante alerta para detectar las oportunidades de mejora o ideas nuevas de negocio que se configuran en el ambiente. No en todos los casos se requiere de una propuesta totalmente innovadora para mantenerse relevante sino que puede tratarse una pequeña modificación o adición a una propuesta ya existente.
El estar atento a lo que sucede en el alrededor de la empresa se vuelve de gran importancia para mantenerse actualizado y atractivo en la industria. Para esto es clave emplear la escucha activa, una habilidad que puede ser adquirida y desarrollada con la práctica.
La escucha activa implica realmente prestar atención a lo que las personas están comunicando, es decir tratar de entender realmente el mensaje que los demás están transmitiendo, lo que requiere de un esfuerzo de las capacidades cognitivas y empáticas. Esta habilidad puede ser implementada en diferentes sectores de la empresa pero se vuelve crucial en varios puntos de contacto con el exterior, como son el marketing, la investigación de mercados, atención al cliente y ventas.