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El presupuesto no es un cuco


A la hora de emprender, y aún en muchas empresas PyMEs, toda la energía está puesta en crear, vender y hacer que el negocio no muera en el intento. El presupuesto se lo vive como pérdida de tiempo, una tarea burocrática (sólo apta para corporaciones) y, en la mejor de las veces, una responsabilidad de un estudio contable externo.


Cuesta visualizar que incorporarlo a la rutina otorga agilidad a la toma de decisiones, facilita la delegación y permite la alineación de los equipos tras una misma meta, en tanto fija reglas de juego comunes a toda la organización.


Como todo hábito, requiere el esfuerzo inicial de incorporarlo y vencer excusas. ¿Todos podemos hacerlo? Sí, podemos y debemos hacerlo; porque allí se plasma la visión de futuro y los pasos para lograrla.


Es probable que se necesite ayuda, o que en las empresas más grandes una parte importante de las tareas que involucra esté en manos de áreas de administración. En ambos casos, más allá del soporte para realizarlo, lo importante es que quienes emprenden, o conducen una empresa, tomen conciencia de su utilidad y den el primer paso para hacerlo carne en su gestión. Descubrirán que los números no sólo plasman lo que se vendió o se compró, si que son una herramienta clave para traducir nuestros sueños y establecer los pasos a seguir para alcanzarlos.


¿Cómo desarrollar un presupuesto?

Definí lo que esperás lograr en el negocio el próximo año